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La muerte. Reflexiones tras la partida. II

Maestra Lucia Bravo Robles.

Edición y fotos: Constantino Enrique Navarro Zepeda

Vamos a hablar sobre que es la Tanatología, erróneamente sé piensa que la tanatología estudia la muerte, muchas veces cuando se acerca el día de muertos los medios buscan a todos los tanatologos que vayan a hablar sobre la muerte, en realidad la Tanatología habla sobre el sentido de la muerte, qué sentido tiene la vida en la muerte, sobre como en las diferentes culturas se aborda la muerte, que impacto tiene emocionalmente, espiritualmente, religioso, social, en todas las dimensiones que el ser humano se ve afectado en la muerte. ¿y qué significa Tanatología? Thanatos era un dios griego de la muerte, de la muerte no violenta, de la muerte natural, y logos significa sentido, el sentido de la muerte; como la muerte viene a crear un impacto en la vida del ser humano, ¿qué sentido tiene y como está unida la vida y la muerte?

 

Es muy curioso que hay dos grandes tabús que están tan cerca, tan unidos y son básicos y pilares en la vida, como es la misma vida, porque muy rara vez vamos a hablar sobre el sexo que nos produce vida y muy rara vez vamos a hablar sobre la muerte que es lo que termina con la vida; su unión les da sentido, durante la vida vamos construyendo, vamos dejando algo en la vida de los demás. Siempre tratamos de crear en los demás una mejor versión de nosotros, todos buscamos trascender: por medio de hijos, por medio del trabajo, por medio de los estudios, por medio de actividades hacia la sociedad, pero nuestro objetivo siempre en el fondo de nuestro corazón, como ser humano, es trascender, dejar huella, en maneras muy distintas, ¿y que pasa con la muerte?

 

La muerte no la podemos clasificar como un solo hecho porque es muy distinta; la muerte propia nos causa mucho miedo cuando se habla de sufrimiento, no nos causa tanto miedo el hecho de morir, sino el proceso de cómo voy a morir, casi todos dicen: ¡no! yo me quiero morir dormido, pero si se trata de una enfermedad, entonces tenemos mucho miedo del sufrimiento propio y ajeno, de perder la autonomía, de perder el ser autosuficiente, el cambio de nuestro físico, todo eso que va ocurriendo, nos produce mucho miedo; y, cuando se trata de la muerte de otro nos produce mucho miedo el simple hecho de pensar que va a ser de mi vida, sin él, sin ella, que voy a hacer si ya no lo tengo o ya no la tengo, de qué manera va a seguir funcionando todo, porque yo ahora estoy acostumbrada y sé que todo dependía de nosotros, me da miedo saber que va a pasar, me invaden las dudas. ¿A dónde van las personas? ¿Qué es lo que pasa con las personas cuando mueren?

Esto es algo muy cultural. Muchas personas piensan que vamos a trascender, que vamos a ir a la vida eterna y si alguien paso a la Exposición ven que la mayoría habla sobre la vida eterna, sin embargo en Asia y en oriente hablan también de la Resurrección 3, ¿aquí que es lo importante? lo importante es crear una fe, nosotros mismos tenemos que irnos construyendo y cada persona le va a dar el significado que le ofrezca la paz, todas las cosas que pasan en nuestra vida tienen un sentido, tienen un objetivo, tienen una razón y tenemos que irlo encontrando, tenemos que ir preguntando para que están sucediendo, que esta sucediendo, que estoy aprendiendo, que me está dejando, es entonces donde nos empezamos a preguntar ¿qué es la vida?

 

La vida está construida de recuerdos, la vida está construida de los hechos que vamos realizando día a día, y la mayoría de los recuerdos, los recuerdos dolorosos se quedan en nuestro corazón para a veces creamos miedo, para a veces crearnos inseguridades, para recordarnos que debe ser sanado, pero a final de cuentas no tienen el real valor que tienen los buenos recuerdos, que son los que nos llevamos al final de la vida.  La mayoría de las personas que se encuentran en fase terminal, en el momento de partida tienen gratos momentos, mientras el sufrimiento este manejado, mientras que el dolor del paciente se mantenga estable, la mayoría de ellos tienen paz interior, esto dependerá mucho de cómo van viviendo la vida; cada enojo, cada herida que vamos dejando en nuestro corazón nos va complicando, nos va desafiando a tener una partida sana, y cuando estamos hablando de que el otro es el que partió y nosotros somos un doliente y no cerramos nuestro circulo con esa persona, también nuestro duelo empieza a ser más delicado, más conflictivo, porque nuestro corazón se está llenando de heridas y es ahí donde tenemos que empezar a sanar, en la vida hay pilares muy importantes, como lo son la familia, en la familia vamos a encontrar mucho apoyo vamos a ver que ellos son las principales fuentes, no precisamente tienen que ser mama, papas, tíos, pero si hay un miembro de la familia que deje una gran huella en nuestra corazón y que al final de nuestros momentos de nuestros días nos van a estar acompañando y van a estar muy presentes para nuestra partida.
 

La muerte no es un castigo, la muerte no es algo malo, la muerte es algo natural; si es cierto, es natural, pero es muy, muy dolorosa, pero no nos equivoquemos, no es dolorosa la muerte, es doloroso lo que conlleva la muerte, que son los desapegos, que son los desprendimientos, que son el vivir sin ti, eso es lo que es realmente doloroso, eso es lo que es realmente difícil. es muy importante al final cuando se esta acercando la muerte, el cierre de círculos, ¿qué es el cierre de círculos? Atreverme a expresar, yo muchas veces recomiendo que escriban una carta, que escriban una carta de lo maravilloso que fue el tener a su lado la oportunidad de haber sido su mama, su hija, su hermana, su esposo, su prima, en donde solo digamos lo maravilloso que fue haberlo tenido en su vida, eso es cerrar círculos, y el principal beneficiario es el doliente, el que se queda, ¿por qué? Porque recuerda todo lo maravilloso que fue haberte tenido en la vida y que al final de la historia te lo pude decir, y a la persona que va a morir, le damos una gran oportunidad de recordarle que su vida valió la pena y siempre lo vamos a llevar en el corazón como lo mejor, porque al final de cuentas, como dijimos ahorita, nos quedamos con los bellos recuerdos. en el ser humano, nada es siempre, nada es nunca, nada es para todos igual, pero en su mayoría cuando una persona fallece, decimos: “era muy bueno, era noble, era muy servicial”, nos quedamos con lo valioso de la relación, con anhelo de haber conocido mas a esa persona.

 

A partir de la muerte mi vida cambia, quien a través de una muerte no abre su cabeza y su corazón a reflexionar, se queda viviendo una muerte por siempre, porque la muerte es como un ciclón, un torbellino, que te viene a mover y si tú te quedas tan aferrado a permanecer en donde esto te toco, vas a vivir toda la vida, muerto en vida, en un duelo permanente, ¿por qué? Porque la muerte te empuja a crecer, es un desafío que te invita a madurar, a crecer, a cambiar; es cierto, no es una negociación, no se trata de que, pues es que, mejor que no se muera y yo no sigo siendo la misma persona, ¡No! Eso es negociación, no estamos hablando de negociar sobre la vida del otro, ¡estamos hablando sobre tu vida! Sobre lo que tú vas a hacer a partir de, nosotros no venimos juntos a pesar de que era tu esposo, tu hijo, tu novio, tu tío, tu hermana, papa, no son uno mismo, se aman como un ser muy profundo y mucha de mi vida, muchas razones estaban conectadas a ti, pero tu sigues siendo un ser individual que tiene que seguir caminando; es un desapego que se va llevando poquito en poquito.

Ustedes son los responsables de estudiar y de hablar más del tema de la muerte, porque la muerte no quiere decir que si la leemos, investigamos sobre ella, va a llegar a nuestra casa, significa que también el día que partimos no vamos a dejar responsabilidades a nuestros hijos, de que si vamos a ser incinerados, si vamos a ser enterrados, o si que va a pasar con nosotros. En una ocasión le pedi testimonio a un paciente mío, una madre de familia; su hijo falleció el pasado marzo, de una muerte repentina, exactamente el día que la di de alta, le dije: "en una frase como podrías describir tu año, a partir del día en que murió tu hijo hasta ahora."

 

.-Un cambio que te empuja aunque no quieras, a avanzar.

Bibliografía.

2   Camhaji, Elias (2006). 100 maletas para encarar a la muerte, España, Periodico el País.

100 maletas para encarar la muerte.

3   Es interesante el hecho de que todos los participantes hablaban de un viaje de ida, mas no de regreso; en una de las maletas, uno de los participantes llevaba una copia del Libro Tibetano de los muertos, un instructivo que según las creencias de los budistas tibetanos, evita que el espíritu de la persona regrese a habitar otro cuerpo en este mundo o en el Samsara.

Más allá está el Dique, [...] Ahí se bañan los de La Carrera, los de La Cohetera y los de El Pueblo -Villa de Seris- quienes “bajan al agua” por el cerrito. Desnudos se tiran “piques” desde los bordes, como escualos, mirándose sus

cuerpos ágiles, allá en el fondo, como bajo un inmaculado cristal de roca.

En ese Dique se iba a ahogar Juanito, el querido Juanito Parra. No sabía nadar y se echó el clavado. Al arrojar el agua por la boca tuvo la primera hemorragia de la tisis que se lo llevó a la tumba. Aquella tarde que murió en su casuca, medio cielo se veía enlutado. Doña Bernardina, su mamá, borracha como de diario, esquelética, haraposa, lloraba cerca al cadáver de Juan que en un catre, en medio de cuatro candelabros de cobre se veía tendido, vestido de blanco porque había muerto “querube”. Sus hermanos Mariano y Jesús (a) el “Grillo”, flacuchos y hambrientos

lo veían con ojos de espanto, como si ya presintieran que muy pronto iban a seguirlo. Todos lo lloraron en La Cohetera. ¿Lágrimas en aquellos gandules? 1

1   Zamora, Agustín (1982). La Cohetera: mi barrio. Sonora. Gobierno del Estado de Sonora. Pagina 26-27

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